Su mirada penetraba mis ojos, no corrió una sola lágrima por su mejilla. Inmersa en el pasado que no tiene vuelta atrás, mientras yo anhelaba una palabra de aliento, un perdón esperanzado en un te amo.
Hermética, fría y siempre bien puesta; hermosa e incapaz de sentir. Lleno de dolor intenté demostrarle que la amé desde la primera vez que la vi, la seguí amando sin tenerla cerca y la seguiré amando a pesar del tiempo.
Añadir un comentario